En medicina, la absorción se define como el proceso por el que las sustancias (por ejemplo, fármacos y nutrientes) llegan al torrente sanguíneo.
El ácido desoxirribonucleico (ADN), una doble hélice de dos cadenas de polinucleótidos, contiene la información genética hereditaria necesaria para todas las funciones bioquímicas y para la reproducción de organismos vivos (incluidos muchos virus). Véase también “transcripción y traducción”.
El ácido ribonucleico (ARN) es un polímero lineal con la función esencial de transformar la información genética en moléculas funcionales, como proteínas. De hecho, una vez copiado del ADN, el ARN mensajero (ARNm) se traduce entonces en proteínas, que cumplen la mayoría de las funciones vivas dentro de la célula. Además, las moléculas de ARN tienen otras funciones importantes. Por ejemplo, las moléculas de ARN de transferencia (ARNt) sirven como “adaptadores” entre la molécula de ARNm y la cadena creciente de aminoácidos que formará la proteína. Además, las moléculas de ARN ribosómico (ARNr) son componentes principales de los ribosomas, las complejas máquinas que transforman los ARNm en proteínas. Véase también “transcripción y traducción”.
El aerosol es una suspensión coloidal (véase también “coloide”) compuesta de partículas sólidas o líquidas dispersadas en gas
Los aminoácidos son moléculas orgánicas que consisten en un grupo amino básico (-NH2), un grupo carboxilo ácido (-COOH) y una cadena lateral (que es única de cada aminoácido) unida a un átomo de carbono central. Unos pocos aminoácidos unidos forman péptidos, mientras que grandes cadenas de aminoácidos (>50) forman proteínas.
Una unidad de longitud igual a 10−10 metros. En ciencias naturales, el Ångstrom se utiliza a menudo para indicar las dimensiones de los átomos, las longitudes de los enlaces químicos y para medir la longitud de onda de las radiaciones.
Un antibiótico es una sustancia antimicrobiana diseñada para matar bacterias o inhibir su crecimiento. Los antibióticos no pueden matar virus. Por lo tanto, los antibióticos no tienen ningún efecto terapéutico en caso de infecciones víricas.
Un anticuerpo (o inmunoglobulina) es una glicoproteína producida por células inmunitarias especializadas (llamadas células plasmáticas) contra un antígeno específico. Una vez secretado en el espacio extracelular, el anticuerpo reconoce el antígeno y se une a él. La unión antígeno-anticuerpo activa otros componentes del sistema inmunitario, lo que conduce a la neutralización y destrucción del organismo que expresa ese antígeno en particular.
Un antígeno es una molécula que induce la producción de anticuerpos contra ella. Los “antígenos extraños” son fragmentos de patógenos (como bacterias, virus, parásitos), sustancias químicas, polen y toxinas. Los “autoantígenos” son aquellos péptidos, carbohidratos y secuencias de ácidos nucleicos producidos por nuestro cuerpo y presentados a las células inmunitarias. En condiciones normales, el sistema inmunitario es capaz de diferenciar autoantígenos de no autoantígenos. Sin embargo, en los trastornos autoinmunitarios, las células inmunitarias segregan anticuerpos contra los autoantígenos.
Los antioxidantes son compuestos que inhiben la oxidación, una reacción química que puede producir radicales libres y otras moléculas que pueden dañar las células de un organismo. Son ejemplos de antioxidantes el ácido ascórbico (vitamina C), la vitamina A, la vitamina E, el betacaroteno y la cúrcuma (curcumina). Véase también “estrés oxidativo”.
La apoptosis es la secuencia programada de eventos moleculares dentro de una célula que conducen a su muerte.
Los aptámeros son moléculas de ADN o ARN monocatenarias capaces de unirse a moléculas diana específicas (como proteínas y carbohidratos).
Un átomo es la partícula de materia más pequeña que posee todas las propiedades fisicoquímicas de un elemento químico específico.
Un axón es una larga proyección de una neurona que conduce impulsos eléctricos y transporta nutrientes desde el centro hasta la periferia de la neurona. El axón tiene la función fundamental de transmitir el impulso de una neurona a otra. De acuerdo con su función y posición dentro del sistema nervioso, los axones pueden medir de unos pocos milímetros a más de un metro de longitud.